domingo, 4 de julio de 2010

Final Esperado

La aplastante derrota de la selección por 0-4 frente a Alemania no hace más que dejar en evidencia lo que muy pocos venían diciendo desde hace unos años, la imposibilidad de Maradona para dirigir un equipo de fútbol.
Más que una derrota humillante fué un triunfo sobre la soberbia y la falta de humildad encarnada sobre todo en el "entrenador" argentino y gran parte de la prensa y los hinchas que glorificaban a un equipo que no había jugado con nadie.
Luego del desastre, recién algunos se animaron tibiamente a decir lo que tenían que decir hace rato y no lo hacían por temor al "Dios" argento : Argentina no jugó con ningún equipo serio y cuando tuvo un rival fuerte perdió de la peor manera, goleado y aplastado por todos los sectores.
En esta nueva era el juego en equipo supera a las individualidades, los fracasos de Messi, Cristiano Ronaldo y demás figuras no hacen mas que reflejar esto. Por eso, para ganar un mundial no se necesita individualidades sino un buen juego en equipo, como lo demostraron Uruguay y Paraguay que con entrenadores trabajadores y humildes y sin tantas figuras ni estrellas hicieron un mejor papel que Brasil y Argentina.
Para ganar un mundial se necesita tener un buen técnico y jugar al fútbol, no hacer esas payasadas como las cábalas sin sentido (jugar con un diseño similar a la camiseta de México 86) ni hablar de mística.
Todos los entrenadores que no han logrado su objetivo renunciaron (excepto Capello), pero Maradona con su soberbia y luego del tremendo papelón que hizo dice que lo tiene que pensar....
La jodita de elegir a una persona que jamás ha sido técnico le costó caro a Argentina, y se despidió del mundial de la peor manera.

2 comentarios:

mauro dijo...

... había un viejo de antaño.. muy de antaño, que solia decir que la soberbia y el egoísmo son los padres de la soledad, y el refinado toque de la estupides.

Pensar que la soberbia es parte de nuestro hacer diario, de todos, y que forma parte de toda esa acción que busca dejar huellas en lo eterno. Sin más, la soberbia es el orgullo, y el orgullo es caracter. El ímpetu de todo ser viviente es dejar un detalle en algo o alguien, a modo de pisadas fosilisadas... la temporalidad es el ambito de los mediocres, humildes y desesperados.

Quizas todo se reduzca a como venderla, no tanto haberla comprado.

en fin...

Darío dijo...

Si bien es la primera vez que comentás, extrañaba tus presencias.
Bienvenido al blog!.
Con respecto al partido, sabés muy bien cual fué mi estado de ánimo posterior al mismo :D.