viernes, 11 de marzo de 2011

Una justificación Iusnaturalista del liberalismo

Hace unos años en una página que se llama liberalismo.org, un autor liberal-libertario ecuatoriano llamado Juan Fernando Caprio realizó un pequeño artículo donde se veía una relación directa entre el iusnaturalismo y el liberalismo (en especial el liberalismo lockeano). Vale la pena leerlo, aquí se los dejo:


De forma lamentable muchos tienden a confundir el iusnaturalismo con sus primeros intentos, los cuales estuvieron atados a un cierto contexto religioso en diversas culturas. Esa concepción de que la gente tenga derechos innatos porque es hija de Dios o inclusive porque pertenece a determinado grupo religioso, sin duda puede ser chocante para quien haga una aproximación netamente racional al tema.

El iusnaturalismo es la doctrina que sostiene que el ser humano posee una naturaleza y por eso, le corresponden unos derechos correspondientes a esa naturaleza (para que pueda expresarla armonizando sus intereses con los de otros). Por naturaleza no nos referimos al resto de formas de vida y seres, como muy adecuadamente aclara Paco Capella. Y esa aclaración es en realidad el punto de partida para entender, bajo un enfoque racionalista, al iusnaturalismo.

¿Qué es el ser humano? Esa pregunta de tremendas connotaciones filosóficas, debe ser respondida al menos con un mínimo de éxito si se quiere esbozar una ética universal acorde con la respuesta. El ser humano no es su parte biológica en tanto equiparable con la de los animales. Siendo un ser provisto de voluntad, discernimiento y capacidad creativa pero al mismo tiempo carente (o al menos subdotado) de instintos en el sentido pleno, necesita relacionarse con los demás de manera que pueda ejercer esas características permitiendo al mismo tiempo a los demás su ejercicio.

Por tanto el iusnaturalismo racionalista se enfoca en el ser humano en tanto ser racional, que si bien lidia con (para someterle u obedecer) su aspecto biológico, es capaz de suspender o guiar sus instintos. Se enfoca en el ser humano en tanto es creador y apropiador de propiedad. Se enfoca en el ser humano en tanto es sujeto de necesidades que van mucho más allá de las meramente biológicas. Es decir que las necesidades del ser humano qua ser humano no pueden asumirse las mismas de un animal o de un asceta. El asceta decide dedicar sus capacidades -voluntariamente- a cualquier otra cosa que no sea la conquista del mundo material. Quienes aseguran que nos basta con alimentarnos, vestirnos y tener un techo encima, y que el resto son gustos y caprichos superficiales, yerran monumentalmente. El ser humano es único y diferente pues es una necesidad elemental para él ser creador y apropiador. Si alguien quiere abstenerse de ejercer plenamente su humanidad por X o Y razones, como el asceta, allá él.

Pero el resto de nosotros tiene la necesidad y el pleno derecho de avanzar materialmente de una forma en que otros seres vivos jamás podrán. Es por eso que la doctrina racionalista de los derechos naturales reconoce al ser humano como creador de riqueza, no como mero relocalizador o redistribuidor de la misma. La mente es lo que nos distingue y los seres de la mente tienen definitivamente necesidad de una ética distinta que los demás.

3 comentarios:

Marta Salazar dijo...

lo vamos a leer entonces ;)

muy interesante!

en todo caso, no me gusta la página espanola que mencionas...

un abrazo fuerte!

Darío dijo...

Hola Marta!.
Leélo tranquila. Con respecto a la página, lo importante es el artículo en sí y más teniendo en cuenta que Juan Fernando Caprio es un gran intelectual.
Fuerte Abrazo!.

Mario dijo...

Disfruto mucho de leer y sobre todo acerca de la política de los países y por eso busco en internet estas cuestiones sobre todo para tener en cuenta como es las decisiones que se llevan a cabo. Igualmente primero debería entender que es liberalismo