Ayer escuchaba a De Mendiguren por la radio.
Bué, escuchaba. El que escuchaba la radio era mi padre, si era yo el que estaba escuchando, ni bien presentaban a esta rata apagaba la radio.
La cuestión es que el muy ratón seguía pidiendo (indirectamente ahora), un tipo de cambio alto para favorecer a sus industrias (muy eficientes según él, muy ineficientes según la realidad).
Y encima de todo al tipo le hacen preguntas como si fuese un experto. No es de notar que la decadencia argentina empezó con el periodismo antes que su dirigencia.
Lamentable, ojalá (una muy remota expresión de deseo) que se adoptara a nivel internacional el patrón oro así estos crápulas se terminan de hundir.
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