miércoles, 10 de diciembre de 2008

25 años y seguimos sin ser libres

Se cumplen 25 años de democracia y los argentinos todavía nos vemos privados de ser protegidos de nuestros derechos fundamentales, derecho a la vida, la libertad y la propiedad.
Por sí sola, democracia no significa libertad, más aún si no asociamos el concepto de república con el de democracia, que es precisamente el que hace funcionar a esta última.
Hablamos que la democracia tiene que garantizar todo, desde nuestros derechos fundamentales hasta la vivienda, la salud, etc. Y al haber muchas personas en la pobreza se dice que la democracia ha fallado.
No es cierto, ningún sistema político por sí solo es capaz de garantizar un nivel de vida digno, aunque, por supuesto, vivir en libertad es un paso para eso. Lo que ha fallado es el modelo estatizante vigente desde hace más de 60 años, con democracia y sin democracia y mientras continuemos en ese camino de suprimir las libertades individuales seguiremos en este triste camino más allá de la forma de gobierno.
Por otro lado, nuestro sistema político está muy lejos de ser una democracia moderna. Es más que nada una dictadura o un despotismo electivo. En primer lugar, no existen primarias partidarias, no existen instituciones sólidas, cuando llega un presidente destruye todo lo que se hizo antes, etc. Esto nos diferencia de las democracias desarrolladas, además que en estas existen límites al poder político mientras que en nuestro despotismo el poder político es ilimitado.
Se suprimió además el Colegio Electoral que garantizaba la representación de todas las provincias en la elección del presidente de la República, con esto, el presidente es elegido directamente en el Conurbano Bonaerense, cuna de la peor cuña y la más alta corrupción mafiosa del país.
Todas estas características dejan en claro que los argentinos no somos libres y que el único camino para lograr nuestra libertad es volver a la Constitución de 1853 y respetarla totalemnte para que las leyes sean las gobernantes y no los hombres.

3 comentarios:

Oscar Alberto Amiune dijo...

¿Se puede llamar democracia cuando los ciudadanos votan una lista de diputados porque creen que estos defenderán determinadas ideas y luego estos diputados defienden otras ideas?

«Los diputados del oficialismo estallaron en aplausos cuando la figura de Eduardo Lorenzo Borocotó comenzó a bajar los escalones que lo conducían a su banca. Con su presencia, el kirchnerismo alcanzó el quórum que le permitió tratar el paquete económico que incluye el blanqueo de capitales, la moratoria impositiva y facilidades para quienes regularicen empleo en negro. Sin ocultar la alegría por la ovación, Borocotó se saludó afectuosamente con el santafesino Agustín Rossi, titular del Frente para la Victoria en la Cámara baja.

»"La historia recordará a este proyecto como la 'Ley Borocotó'", comentó resignado antes de ingresar al recinto un importante diputado de la oposición que esperaba en el Salón de Los Pasos Perdidos.

»Una de las sorpresas políticas fue la confirmación del voto de la peronista, ex integrante del bloque PRO, Paola Spatola, quien se había ido al interbloque justicialista disidente, junto a Felipe Solá. Según pudo saber Urgente 24, luego de reunirse en Olivos con Néstor Kirchner, la diputada cambió repentinamente su voto, que hasta este momento era negativo, como lo venía haciendo desde la Resolución 125».

(http://www.urgente24.com/index.php?id=ver&tx_fesearchintable_pi1[sTable]=tt_news&tx_fesearchintable_pi1[sUID]=114874&tx_ttnews[tt_news]=114874&no_cache=1)

Darío dijo...

Sí, lo que no se puede llamar a esto es República.

Oscar Alberto Amiune dijo...

Pero es una votación formal, para que «parezca que». Pero si los representantes se desentienden del mandato de los representados, ¿quién gobierna? Si algunos diputados toman decisiones en contra de la voluntad de los que los eligieron, ¿quién gobierna? Por lo menos una porción de la población no está representada en la Cámara de Diputados. Y fue defraudada. Concurrió a las urnas pero su voto fue burlado.